He de reconocerlo. Algo de melancolía me ha agarrado, pero es ese tipo de sentimiento que no te hunde sino que te da felicidad, felicidad de que tienes alguien especial en la vida. Extrañas a esa persona, la añoras porque esta lejos pero igual estas feliz, una felicidad cálida que te hace pensar que tienes una razon para vivir por y con alguien, que alguien en este planeta te ama, que no te deja estar solo. En mi caso la tengo a ella, esta lejos, la extraño mucho y soy feliz de tenerla en mi corazón, en mi vida. Y ahora más esa sensación que estoy próximo a verla, me invade un calor suave, una luz que me abriga, mi corazón se calma con sus manos, mi alma se regocija con sus palabras. Siento que la oscuridad se desvanece y viene la luz.
La siento a mi lado, abrazándome, calmando mis inquietudes y mis temores. Aquietando mis pensamientos, y quitándolos de mi ser. Dándome la paz que tanto ansío y que solo ella puede darme. Esta imagen lo expresa mejor que nada, no puedo esperar a que me abrace asi, y recobrar las fuerzas en ella, reponerme con sus manos y su besos, con su olor y sus palabras. Decirle todo lo que ella me inspira, abrazarla y besarla, pero más que nada abrazarla, y fuerte... Y porque no... no contenerme esta vez. Arder y con fuerza pero con el consuelo de que tengo su hombro para apoyarme, y sus brazos para contenerme.
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